El libro de Máximo Peña analiza los retos y temores de los hombres que se convierten en padres, sin olvidar de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Conocí a Máximo por una casualidad: una plaza que quedó libre en el colegio y que ocupó su hija. El hueco lo dejaba el hijo mayor de unos de nuestros mejores amigos, que decidieron renunciar a ella para comenzar en otra escuela. A mí, que llevo tatuada la palabra Maktub –a juego con Adrián–, me gusta pensar que todo ocurre por algo, que las conexiones que se dan y cómo recorremos el camino se entrelazan en eso que llamamos destino.

Con Máximo y Chus –su maravillosa compañera y mi amiga querida– he pasado muchas horas de parque. Muchas no, muchísimas. Montones. Allí, entre las carreras de los niños y el ir y venir de las demás familias, siempre han estado dispuestos a una cuidadosa escucha que sostenían con las palabras adecuadas de vuelta. Las dudas de la crianza, los sinsabores de nuestros problemas cotidianos, el agotamiento, los partos, los embarazos, las relaciones con las familias extensas o los traumas heredados (y los que heredarán nuestros hijos) han sobrevolado, como las palomas de ciudad, nuestras conversaciones. Y fue precisamente de este parloteo del que surgió la idea de hacer realidad ese libro destinado a los hombres que se convierten en padres que hasta el momento solo estaba en su mente y en su corazón.

Ha sido bello ver cómo Paternidad aquí y ahora crecía. Cómo su propia experiencia como hombre que se convertía en padre en 2013 se entrelazaba como una enredadera con la investigación en torno a la paternidad que lleva haciendo desde hace una década. “Las ideas de este libro no han sido solamente pensadas, sino vividas”, me decía estos días.

Cuidar sin invadir

¿Qué significa ser padre hoy? ¿Existe el instinto paterno? ¿Estamos rodeadas de padrazos? ¿Estamos “embarazados” o las embarazadas somos nosotras? ¿Qué miedos tienen los padres? ¿Les asusta a los hombres en el tránsito a la paternidad? ¿Cuál es el papel del padre en la crianza? A través de una escritura deliciosa, Máximo, que además de psicólogo es periodista, va respondiendo a estas y otras preguntas, pero también planteando otras muchas que surgen sin esfuerzo a medida que el lector avanza.

Lo difícil hoy para muchos es asumir un lugar en el que el hombre no es el protagonista. Quizás por eso seguimos centrando los discursos en torno al mismo dilema: la conciliación, el trabajo, las renuncias. Poner la mirada en la madre y en el bebé, en las necesidades de la díada, sigue sin ser un asunto prioritario. De hecho, me atrevería a decir que ni siquiera visible. Aquí es donde la delgada línea entre contribuir e invadir se entremezcla como un amasijo de lanas, y que Máximo Peña se ha decidido a deshacer, hilo a hilo, para que podamos desde ahí, continuar tejiendo reflexiones, ideas, caminos.

Paternidad aquí y ahora es un libro sobre padres. Padres pasados, presentes y futuros. Padres que dudan, que temen, que hacen lo que pueden con las circunstancias que tienen en un contexto diseñado desde antiguo por el patriarcado. Padres que están inventando una nueva forma de ser padres. «La maternidad y la paternidad no son equivalentes ni intercambiables porque la maternidad ha existido siempre, mientras que la paternidad está aún en proceso de invención», me decía en una entrevista para eldiario.es.

Es el momento de la “revolución de los papás” de la que habla Máximo en el libro. Una revolución que, en consonancia con los avances del feminismo, ponga realmente en el centro los cuidados, la ternura y las pequeñas tareas cotidianas que hacen que siga funcionando todo lo demás. ¿Maktub?

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