Un podcast documental sobre violencia obstétrica
Parir en el siglo XXI da nombre a una amplia investigación sobre la situación de la atención al parto en nuestro entorno. Un documental sobre parto respetado fue el primer paso, ahora un podcast investiga la violencia obstétrica que recorre nuestros cuerpos.
En noviembre de 2020 se estrenaba Parir en el siglo XXI, un documental interactivo, producido por Barret Cooperativa en colaboración con Lab RTVE y À Punt media, en el que se aborda en qué consiste una atención respetuosa al nacimiento y cómo es un parto normal. Y para hablar del parto desde esta perspectiva el escenario no podía ser otro que el hospital público de La Plana (en Vila-real, Castellón), referente nacional en atención obstétrica humanizada y desde donde llevan años “acompañando embarazos y partos no como una enfermedad sino como un proceso natural”. Así me lo contaba su directora, Claudia Reig Valera, en un reportaje para El País.
Al frente de la supervisión del servicio de la Plana, que está liderado por matronas, está Soledad Carreguí, matrona que lleva dos décadas promoviendo un cambio hacia una mejor asistencia al parto. “Sole lleva 20 años trabajando –y luchando– para alcanzar un modelo que ponga la autonomía y la seguridad de las mujeres en el centro; una filosofía que implica que el equipo esté actualizado a la evidencia científica y a las recomendaciones de los organismos internacionales”, cuenta Àlex Badia, coordinador de medios interactivos, sonidista y compositor del proyecto.
Pero Parir en el siglo XXI no acaba aquí sino que aquel documental fue la primera parte de una investigación mucho más amplia sobre la situación de la atención al parto en nuestro entorno. “La primera pieza que estrenamos en 2020 abría las puertas del paritorio, gracias a la generosidad de cinco mujeres que nos dejaron acompañarlas en un momento tan íntimo. Y el resultado era un documental que muestra cómo puede y debe atenderse el parto hospitalario. Es decir, qué es el parto respetado. Pero sabemos que este modelo no es el hegemónico, y por eso pedimos abiertamente a las mujeres que nos enviasen sus relatos de parto, que nos hablasen de otras realidades. Este proceso de escucha ha derivado en el podcast, que es un documental sonoro que se centra en la violencia obstétrica”, señala Álex Badia.
El camino natural para continuar hablando de cómo parimos en el siglo XXI era evidente: seguir hablando de la violencia obstétrica que recorre nuestros partos. Para ello se han embarcado en la grabación de una película documental sobre violencia obstétrica, que a su vez ha derivado en un paso intermedio que es la creación de un podcast en el que van recogiendo las voces de las mujeres que han sufrido este tipo de violencia. “El podcast es un paso intermedio en el proyecto, que derivará en una película documental. En este documental veremos partos, escucharemos testimonios y también seguiremos algunas historias que ocurren fuera de los paritorios pero que están relacionadas con lo que allí ocurre: juicios de mujeres que han denunciado el abuso que sufrieron, o la faceta luchadora y activista de Sole, en sus esfuerzos por expandir el modelo humanizado a toda la sanidad pública”, explica Badia.
La violencia obstétrica existe (aunque no la quieran nombrar)
¿Por qué seguir la investigación desde la violencia obstétrica? “Creemos que la violencia obstétrica es un problema complejo y que nuestra tarea es abordarlo desde esa complejidad, aportar una visión crítica y reposada que supere la polarización. El maltrato contra las mujeres en sus procesos sexuales y reproductivos produce situaciones terribles y esperamos que nuestro trabajo ayude a plantear cuáles son las causas y, sobre todo, las soluciones. También aspiramos a que nuestro documental tenga incidencia, que sea un instrumento valioso para las activistas, sanitarias, juristas… que llevan mucho tiempo luchando por los derechos de las mujeres. El nuestro es un reconocimiento a su trabajo y esperamos que les resulte útil”, responde Àlex Badia.
Asociaciones como El parto es nuestro, matronas, expertas perinatales, organismos internacionales como la OMS o la ONU y, por supuesto, las propias madres llevan años denunciando el maltrato y la violencia que las mujeres sufren en sus embarazos y sus partos. Una violencia que puede ser muy evidente, pero que también puede ser muy sutil, casi invisible. Tanto es así que la hemos normalizado. Porque muchas mujeres sufren violencia obstétrica sin ser conscientes de que la están sufriendo. ¿Puede este podcast quitar la venda ante determinadas prácticas normalizadas? “La premisa del podcast es que lo fundamental es escuchar a las mujeres. Sus relatos son el material más valioso, y nuestra aportación es ponerlos en común. Muchas víctimas se sienten solas y creen que su caso es excepcional, y esto conduce a que se cuestionen su vivencia. Esperamos que sumar sus voces en un relato coral rompa este aislamiento y ayude a validar sus experiencias, sus quejas y reivindicaciones. También pensamos que este trabajo puede tener repercusión sobre la realidad de los paritorios, si conseguimos que llegue a las profesionales que atienden los partos. Ojalá matronas y ginecólogas escuchen estas historias. Tenemos la sensación de que a menudo no les llegan, y pensamos que pueden ayudar a un proceso de reflexión sobre cómo hacer mejor su trabajo”, dice Àlex Badia.
Sabemos del rechazo profundo de la violencia obstétrica por parte de algunos organismos médicos. Un ejemplo: el Consejo General de los Colegios Oficiales de Médicos, que en un comunicado señalaba en 2021 que el término de violencia obstétrica “no se ajusta a la realidad de la asistencia al embarazo, parto y posparto en nuestro país y criminaliza las actuaciones de profesionales que trabajan bajo los principios del rigor científico y la ética médica”. Otro: la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) que también ha calificado el término en muchas ocasiones como “inapropiado, tendencioso e injusto”. Supongamos entonces que dicho organismos ignoran hitos como el informe presentado en 2019 por Dubravka Šimonović, Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer de Naciones Unidas en el denunciaba la existencia de la violencia obstétrica; o la condena a España por violencia obstétrica por parte del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de Naciones Unidas en febrero de 2020; o el reconocimiento de su existencia en 2021 por parte del Parlamento Europeo, por poner algunos ejemplos de pronunciamientos a nivel internacional.
Nombrar la violencia obstétrica, verbalizar lo que hemos sufrido, hacer visibles nuestros traumas, hablar de las consecuencias de esta violencia sobre nuestros cuerpos y sobre los bebés es el inicio del camino hacia su eliminación. Si no se reconoce legalmente su existencia, difícil será formar mejor a los profesionales, hacer un seguimiento realista a nivel cuantitativo y cualitativo de lo que ocurre dentro de los paritorios o que haya una verdadera conciencia social de lo que está ocurriendo. Había muchas esperanzas en que la actual ley de la reforma del aborto recogiera esas dos palabras que necesitamos nombrar: violencia obstétrica. Pero como esos sueños en los que por más que corres no avanzas, las vemos huir sin que podamos alcanzarlas.
Ojalá sigamos abriendo los ojos hacia toda esa normalidad que no es normal.
* La ilustración es de Lu Garrido.