La primera semana de mayo celebramos la Semana Mundial de la Salud Mental Materna. El objetivo, como su nombre indica, es sensibilizar acerca de la transcendencia de los problemas de salud mental durante el período perinatal, y la necesidad de asegurar que las madres reciban el cuidado, tratamiento y apoyo necesarios. Para esto, como siempre, son necesarios recursos económicos, materiales y humanos, pero no podemos olvidar la urgencia de un cambio de mirada hacia las necesidades de madres y bebés.

Desde el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal (IESMP), del que formo parte como responsable de la comunicación, aprovechamos esa semana crucial para realizar una campaña divulgativa: ‘El mapa del desierto’: La atención sanitaria a la Salud Mental Perinatal en España. Esta campaña ha sido posible gracias a un esfuerzo colaborativo que ha dado lugar a un mapa detallado y un dosier que recopilan los recursos públicos de salud mental perinatal disponibles en España, respaldados por una rigurosa investigación. Además, hemos creado un vídeo que presenta las voces expertas de destacados profesionales como Lluïsa García Esteve, Azul Forti (quien lideró la investigación), Raquel Carmona, Ibone Olza y Mar García Puig. También hemos enviado una carta al Ministerio de Sanidad, firmada por más de 50 profesionales relacionados con la salud mental y la perinatalidad, instando a la creación urgente de un Plan Nacional de Salud Mental Perinatal. Además, lanzamos una petición en Change.org que ha recogido más de 9.000 firmas desde su lanzamiento. Para asegurarnos de que esta valiosa información es accesible, hemos habilitado un espacio en la web del IESMP donde se encuentra todo el material relacionado con la campaña. No me olvido del diseño de los materiales gráficos, que ha sido posible gracias al trabajo de María Solano.

Un problema prevalente de solución urgente

Sabemos que los trastornos de salud mental perinatal afectan aproximadamente al 20-25% de las díadas madre-bebé durante el periodo perinatal, pero si consideramos otros problemas como ansiedad, estrés, depresión leve o traumas derivados del parto, la cifra puede aumentar. Hay asociaciones y grupos de profesionales que incluso creen que la cifra puede llegar a un 75%.

Durante la investigación se recogieron datos de 46 iniciativas en todo el territorio español. Esta no solo es una cifra insuficiente sino que, además, muchas de ellas son dependientes del esfuerzo individual de profesionales motivados, lo que las hace vulnerables a desaparecer o a quedar en pausa ante cualquier eventualidad. Sí nos ha servido para ver visualmente y con datos la necesidad de mejorar y ampliar dichos recursos, así como la importancia de reconocer y apoyar a los programas y profesionales pioneros en este campo. Por cierto, que esta escasez y vulnerabilidad de los recursos dibuja una situación muy distinta a la de otros países europeos, como Francia o Reino Unido, que cuentan con una sólida infraestructura y servicios especializados en salud mental perinatal.

Es crucial que a nivel institucional se tome conciencia de la gravedad de este asunto. También los profesionales de la salud deben estar formados y respaldados por dichas instituciones para brindar un apoyo adecuado a las mujeres embarazadas, madres recientes, así como a sus hijos e hijas y al resto de la familia. Ibone Olza, psiquiatra perinatal y directora del IESMP, recordaba que habitualmente nos llegan al instituto correos y llamadas de madres y familias que necesitan atención urgente para problemas como depresión durante el embarazo, psicosis postparto o pérdida gestacional y que no saben dónde acudir. «Es vital que reciban apoyo rápido y, si es necesario, en su hogar, ya que la falta de atención en este momento crítico puede empeorar la situación», contaba en la nota de prensa que lanzamos.

Ojalá pronto podamos decir que en España, como en esos otros países europeos, las madres y sus bebés y familias reciben el apoyo que necesitan en un momento tan vulnerable como esencial, ya que marcará profundamente sus biografías a futuro.

«La cercanía de la maternidad ha puesto en evidencia lo que es cierto para todos nosotros, tengamos hijos o no: que estamos aquí sobre todo en calidad de cuidadores, un papel tan esencial como temporal».
Una estela salvaje (gatopardo ediciones), de Kathryn Schulz.

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